El ayuno periódico reduciría el riesgo de sufrir diabetes, enfermedades cardíacas u otras propias del proceso de envejecimiento.

Ayuno
Ayuno

Es bien conocida la influencia de la dieta en la salud, igual que una alimentación equilibrada evita muchas enfermedades. Pero algunos estudios han ido un poco más lejos al plantear otra cuestión. Además de lo que se come, ¿son importantes el cuándo y el cuánto? Esta línea de investigación apoya el ayuno habitual para reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y diabetes. Estos resultados se suman a la certeza, cada vez más evidente, de que las dietas hipocalóricas podrían retardar el envejecimiento y evitar el desarrollo de enfermedades propias de la edad, como cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Ayunar de manera controlada puede reducir el riesgo de sufrir enfermedades del corazón y diabetes. Además, el ayuno también puede tener un efecto beneficioso en la reducción del nivel de colesterol. Estos son los resultados de una investigación reciente, que reafirma los resultados obtenidos en un estudio anterior realizado por los mismos investigadores en 2007. En el primer estudio, se detectó que un grupo de mormones (pertenecientes al movimiento religioso denominado mormonismo), que ayunan el primer domingo de cada mes debido a sus creencias religiosas, disminuían un 39% el riesgo de sufrir enfermedades en las arterias coronarias, con respecto al resto de la población de zonas cercanas.

Los beneficios del ayuno

Los investigadores atribuyeron estos primeros resultados al hecho de que abstenerse de ingerir comida, si se hace de manera controlada y periódica, además de disminuir el peso corporal, reduce el nivel de triglicéridos y glucosa en sangre, factores de riesgo propios de las enfermedades coronarias. Sin embargo, en este estudio no se tuvieron en consideración otros aspectos de riesgo, como el consumo de alcohol, tabaco y cafeína, ya que los mormones siguen restricciones frente al consumo de estas sustancias.

Por este motivo, hace poco se ha publicado otra investigación en la que han participado más de 4.500 personas y que sí ha tenido en cuenta estos factores. Ambos estudios los han realizado investigadores del Instituto del Corazón del Centro Médico Intermountain, en Utah (Estados Unidos). El más reciente se ha presentado con motivo de la reunión anual del American College of Cardiology, celebrado en Nueva Orleans.

El ayuno

En este trabajo se distribuyeron los voluntarios en dos grupos. En el primero, los participantes ayunaron durante periodos de 24 horas (solo podían beber agua) y después se alimentaron de forma normal durante otras 24 horas, así de manera sucesiva. En el grupo control no se impuso ninguna restricción en los hábitos alimenticios. Los investigadores analizaron los niveles de triglicéridos, colesterol y azúcar en sangre durante el estudio y realizaron pruebas de carácter físico general para determinar el estado de salud de los participantes.

Colesterol, diabetes y restricción calórica

Los resultados demuestran que en ayunas aumentan los niveles de colesterol “bueno” y colesterol “malo” en sangre, un hecho que se justifica por pasar hambre y el estrés que provoca este ayuno. En respuesta, el organismo libera más colesterol, lo cual le permite utilizar grasa como fuente de energía, en lugar de glucosa. Otro dato interesante es su influencia ante la diabetes tipo 2. Está bien establecido por la literatura científica que la continua estimulación de receptores celulares puede provocar una pérdida de sensibilidad frente a las sustancias que lo estimulan. Por este motivo, se cree que los periodos de ayuno, durante los cuales se dejarían de estimular los receptores de insulina de las células de los tejidos, permitirían restablecer el equilibrio de los receptores y evitarían problemas de pérdida de sensibilidad a la insulina característicos de la diabetes 2.

En el último estudio, no solo se tuvieron en cuenta factores de riesgo como el tabaquismo, el alcohol y la cafeína, sino que también se evaluaron cuestiones del comportamiento, como el hecho de descansar un día a la semana o asistir a ceremonias religiosas de manera periódica. Es interesante que creencias religiosas diferentes coincidan en el hecho de utilizar el ayuno como práctica religiosa ya que, precisamente, este estudio demuestra que puede influir de forma positiva en la salud.

Los investigadores advierten de que aún es temprano y se necesitarán más estudios para confirmar la hipótesis. Explican que el ayuno podría ser beneficioso “per se” o, tan solo, reflejar un estilo de vida más sano. Sea como sea, consideran que la mejor solución es “seguir unos hábitos de vida saludables y comer bien y equilibrado”.

DIETAS HIPOCALÓRICAS Y ENVEJECIMIENTO

El envejecimiento es un fenómeno celular programado, en el que se registra una pérdida de eficacia en casi todas las funciones biológicas, así como una atrofia y degeneración de tejidos, sobre todo, el neuronal y el miocárdico. Por otro lado, el organismo se vuelve más susceptible ante infecciones y traumatismos, y aumenta el riesgo de sufrir enfermedades degenerativas y cáncer. En todo el proceso de envejecimiento se desarrollan una serie de cambios de carácter celular, que conllevan una senescencia del organismo. Los cambios más conocidos son: la oxidación de macromoléculas, la alteración de la funcionalidad de la mitocondria y el acortamiento de los telómeros de los cromosomas.

Varios estudios han demostrado que reducir las calorías de la dieta alarga la vida. Una nueva línea de investigación procura desvelar si las dietas hipocalóricas podrían ser claves para reducir el estrés oxidativo al que están sometidas las moléculas que conforman las mitocondrias y retardar así el envejecimiento celular. Son dietas de unas 1.750 Kcal/día, pero con todos los nutrientes esenciales necesarios para el correcto funcionamiento del organismo. Estas dietas se conocen como CRON (Calorie Restriction with Optimal Nutrition).

Los estudios se basan en la conjetura de que si se reduce la cantidad de calorías en la dieta, el rendimiento de la mitocondria será más óptimo y se reducirá el número de radicales libres producidos, muy reactivos y dañinos para la célula. A su vez, se han encontrado unos genes llamados SIR, cuya función es silenciar otros genes y prolongar la vida de la célula. Se ha visto que estos genes aumentan su nivel de expresión cuando se reduce la ingesta calórica y, por tanto, podrían retardar la vejez.
Fuente:consumer.es

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