Industria rebaja la parte regulada de la tarifa para evitar una subida del 6%, pese al riesgo de aumentar la deuda del sistema l El PP apoya la decisión

Bajo consumo

El precio de la luz no subirá para la mayoría de los consumidores domésticos a partir del 1 de octubre, después de haber decidido el Gobierno no repercutir en el recibo el incremento previsto del coste de la energía. El efecto secundario de esa decisión política, que coincide en la antesala de las elecciones generales y en un contexto de severas dificultades económicas para muchas familias, podría ser un aumento del multimillonario déficit que arrastra el sistema de tarifa eléctrica y que pagarán en el futuro los propios consumidores. El PP respaldó ayer la posición del Gobierno, avalada también por las organizaciones de consumidores y atacada por la patronal del kilovatio.

La llamada «tarifa de último recurso» (TUR), que marca los precios para más de veinte millones de hogares y pequeños negocios, se fija cada tres meses mediante un procedimiento que consta de dos partes: el Gobierno decide sobre la subida de los llamados peajes del acceso (costes fijos del sistema, como el transporte y distribución de la electricidad, los incentivos a las energías renovables y al carbón, la moratoria nuclear…), mientras que la retribución de la energía consumida (coste de generación) se revisa utilizando como referencia los resultados de una especie de subasta en la que participan las compañías eléctricas.

Para la actualización del precios que entrará en vigor el 1 de octubre, el Ministerio de Industria ya había decidido congelar los peajes de acceso. La variación o no de la tarifa quedaba, por tanto, sujeta a lo que ocurriera en la subasta eléctrica, donde los precios negociados entre las empresas aumentaron entre el 9% y el 13% con relación al trimestre anterior. De aplicarse esta subida, la luz se encarecería en torno a un 6%, salvo que el Gobierno lo evitara con una decisión política. El Ministerio que encabeza Miguel Sebastián anunció ayer que tal decisión está tomada: el Gobierno bajará los peajes de acceso (aproximadamente la mitad del recibo) para compensar la subida del coste de la energía. El resultado será que, para los consumos medios o moderados, no sube la luz. Los clientes con consumos singularmente altos sí pueden sufrir un incremento en la medida en que la rebaja de los peajes quizá no amortigüe por completo el encarecimiento de la energía.

Los peajes de acceso financian costes que son los responsables del «déficit tarifario», la deuda que arrastra el sistema con las eléctricas por el desfase entre lo que se paga por la luz y los costes reconocidos a las compañías. La rebaja para congelar ahora el precio de la luz conlleva, por tanto, el riesgo de incrementar un déficit que, aunque de manera aplazada, pagarán los consumidores. Fuentes de Industria informaron ayer de que esta vez la congelación de la tarifa no implicará un aumento del déficit, si bien no precisaron mediante qué procedimiento.

La luz ya subió este año algo más del 11%. La decisión de congelar su precio en octubre deja para el siguiente Gobierno la decisión de actualizar o no la tarifa el próximo enero. El PP manifestó ayer que ve «bien» la decisión del Ministerio de Industria. «No están los hogares españoles como para que la luz vuelva a subir», afirmó Esteban González Pons, vicesecretario de comunicación del PP.
Fuente: lne.es

2 COMENTARIOS

    • Saludos Pepe,

      El artículo que menciona, se publicó hace ya bastante tiempo, al final del mismo dispone de entradas más recientes que son más acordes a la realidad actual…

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