Han pasado menos de dos años y smartphone ya no es tan rápido como antes…. ni tan siquiera la batería dura lo debido. ¿Qué ha ocurrido?, ¿debo cambiar de móvil?, ¿reclamar al fabricante?. Vamos a contarte algunos “secretos”.

Batería y rendimiento. Difícil equilibrio.
Batería y rendimiento. Difícil equilibrio.

Hace unas semanas el escándalo saltaba a los medios: Apple confirmaba las peores sospechas de numerosos usuarios: el funcionamiento del dispositivo se ha ralentizado con el tiempo…. pero en ésta ocasión, de manera forzada.

….El uso de iones de litio condiciona la vida útil del aparato, su calidad de uso e, incluso, su seguridad final”.

La explicación de la marca de Cupertino no ha servido, precisamente, para calmar a los Consumidores: la pretensión del fabricante es evitar problemas por un bajo rendimiento de la batería.

Éste evidente caso de “obsolescencia programada” ha llegado incluso a los juzgados, algo que ya le ocurrió a Apple en 2005 con el célebre caso de las baterías del iPod… y que se repitió en 2013 con el iPad 3 y 4. Ésto hace que nos planteemos, como Consumidores y Usuarios… algunas preguntas.

¿Qué pasa con las baterías?.

La batería de los actuales smartphones y tablets es el verdadero talón de Aquiles del dispositivo. El uso de iones de litio (un material muy inestable) condiciona la vida útil del aparato, su calidad de uso e, incluso, su seguridad final. Para muchos fabricantes es el soporte ideal con el que regular la vida útil del smartphone, tan vinculada está duración de la batería a la durabilidad del dispositivo, que ésta suele venir soldada y sellada.

Tal y como nos ha confirmado el propio servicio técnico de Apple, cada una de sus baterías está diseñada para dar un servicio de 500 ciclos, ésto es, 500 cargas completas. Superada ésa cifra, las cosas ya no están tan claras, no nos han podido confirmar si el dispositivo es plenamente funcional, si la batería debe ser suistuída ó si el terminal finaliza su vida útil.

¿Están unidos batería y rendimiento?.

El “recurso” de Apple que reduce rendimiento conforme va agotándose la vida útil de la batería, permite “estirar” ésos 500 ciclos y evitar que los usuarios que hacen un uso más intensivo de su dispositivo, vean cómo éste deja de estar operativo antes de finalizar el período de garantía que marca la Ley de Consumo.

Oficialmente la actualización a la versión 11.3 de iOS permitiría dejar al usuario tal control, aunque – por una parte -ésta posibilidad vendrá inicialmente muy limitada y, por otra, abre la puerta al fabricante a justificar el descenso en la vida útil de un dispositivo aduciendo un uso inadecuado – pero informado – por parte del Consumidor. En todo caso, las noticias que vamos recibiendo al respecto no se prestan a un completo optimismo.

¿Sólo ocurre con los dispositivos de Apple?.

Lamentablemente NO. Su gran competidor – Android – sólo actualiza totalmente los dispositivos electrónicos que lo integran durante los primeros meses (rara vez años) de su vida útil, por lo que – conforme el resto de aplicaciones van renovándose (y adquiriendo funcionalidades), la CPU que “mueve” nuestro smartphone debe realizar un mayor esfuerzo lo que se traduce en menor fluidez y mayor consumo de batería. Como vemos… un panorama no muy distinto al que describíamos en párrafos anteriores.

¿Qué puedo hacer como Consumidor?.

En primer lugar, conocer muy bien las características de uso y prestaciones de nuestro móvil, lo que incluye asesorarnos muy bien sobre el proceso de carga y cómo realizarlo correctamente (cada fabricante ofrece unas pautas muy útiles, como retirar la funda cada vez que lo conectemos al cargador, ¿lo sabías?).

En caso de detectar un descenso injustificado de prestaciones (fluidez, capacidad de carga), es muy conveniente contactar con el Servicio Técnico de la marca y, si mediante ésta vía no obtenemos solución, reclamar. Por mucho que avance la tecnología, nuestros Derechos como Consumidor deben SIEMPRE prevalecer.

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