El aceite alimentario en España vuelve a ser noticia: el consumo de aceite de oliva está descendiendo drásticamente en nuestro país. Muchos consumidores buscan alternativas y hay quien dirige su atención a uno de los grandes repudiados de nuestra gastronomía: el aceite de colza (ó cánola).

Test de Aceite de Colza
Test de Aceite de Colza

Conocemos sus bondades nutritivas, sus enormes beneficios… y sin embargo, España es el país europeo en el que más está descendidendo el consumo de aceite de oliva. Así lo refleja un reciente informe de la consultora Iri Growth Delivered, ¿el motivo?: las dificultades en la cosecha, el consecuente encarecimiento de los precios y las permanentes restricciones en el poder adquisitivo de los españoles, convierten al aceite de oliva en un producto inaccesible para cada vez más Consumidores.

…El aceite de colza lleva mostrando sus beneficios al comensal desde hace, al menos, 4.000 años”.

Llegados a ése punto, los usuarios buscan alternativas. Alternativas saludables, por supuesto. Es en ése momento cuando aparecen opciones como el aceite de colza, y para muchos la pregunta es obvia: ¿es tóxico?, ¿es sano?, ¿podemos confiar en éste tipo de aceite?. Rotundamente sí, podemos…. y – de hecho – debemos confiar.

El aceite de colza: ése gran desconocido.

Hace algún tiempo dedicamos en Atención al Consumidor, un artículo a al Aceite de Colza. En él, mostramos todas sus grandes virtudes y, también, lo seguro que resulta su consumo: “El aceite de colza es una fuente muy saludable de vitamina A, contiene un 29% de los ácidos grasos no saturados y, junto al pescado azul, es uno de los alimentos que mayor y mejor aporte nos realizan de Omega 3” (que no “linoleico” como bien nos matizaba un lector).

El aceite de colza lleva mostrando sus beneficios al comensal desde hace, al menos, 4.000 años (sus primeros vestigios de uso los encontramos en la India, una de las grandes cunas de la Gastronomía mundial), aunque no fue hasta el siglo XIV cuando su uso se extiende en Europa. Es uno de los aceites que menos ácidos grasos saturados contiene, es -también – una reconocida fuente de Vitamina E y su precio lo hace accesible para prácticamente todas las economías familares. ¿Dónde está entonces el problema?.

La negra sombra del Síndrome Tóxico.

Hace apenas unos días aquel trágico Síndrome Tóxico volvió a ser noticia a través de sus vícitmas. La Plataforma “Seguimos Viviendo” lleva ya casi 40 años luchando para que, por fin,  se haga justicia. La comercialización de una extensa partida de aceite adulterado, acabó con la vida de 5.000 personas y afectó gravemente a otros 20.000 usuarios. Sin duda, el episodio más crítico en la historia del Consumidor español. La mal llamada “crisis del aceite de colza” sigue condicionando las decisiones de muchos usuarios.

Sin embargo, conviene recordar, que aquella tragedia fue generada por la adulteración de un producto; no por las cualidades habituales de éste. De hecho, éste peligroso fraude podría haber ido asociado a cualquier otro alimento pero, lamentablemente, fue el aceite de colza el vehículo empleado para éste envenenamiento masivo.

Un producto, sano, asequible, completamente regulado y confiable pero que sigue siendo la víctima injusta de aquel fatídico fraude.

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