Es la pesadilla de muchos usuarios: aparece un cargo en nuestra tarjeta que no reconocemos, tras investigar descubrimos que es una suscripción a un servicio que, en ocasiones, ni recordamos. Una suscripción que nos genera un gasto mensual… y de la que no nos podemos librar. ¿Ó sí…?.

Tarjeta Trampa

Cuando, antaño, realizábamos una compra por Internet, debíamos introducir milimétricamente en cada página nuestro número de tarjeta, fecha de caducidad, código de seguridad…. y otras lindezas que detallamos en anteriores artículos (click aquí).

….en más ocasiones de las deseadas, nos vemos sumergidos en compras y gastos que, realmente, no deseamos”.

Para “facilitar” éste proceso a los usuarios, las grandes (y no tan grandes) tiendas On Line comenzaron a crear suscripciones de usuario en las que, como no, se incluían ya nuestros datos de pago y facturación. Algo perfecto para el comercio (que agiliza el proceso) y también para el usuario, que no debe encomendarse a la fatigosa tarea de teclear números y más números.

El problema de los pagos automáticos.

Recientemente, empresas, sistemas de pago y soportes electrónicos han dado un paso más allá: nuestro navegador, tablet, smartphone “captura” nuestra tarjeta de crédito con lo que las compras y pagos pasan a ser automáticos. A veces demasiado. Los amigos de lo ajeno y otros desaprensivos lo saben, y también conocen que no somos muy dados a leer la “letra pequeña” que rodea al botón “Aceptar” por lo que en más ocasiones de las deseadas, nos vemos sumergidos en compras y gastos que, realmente, no deseamos. ¿Qué hacer?.

En primer lugar, prevenir, aunque nos resistamos a creerlo, en Internet… no hay nada gratis, y menos ésas interesantes aplicaciones que utilizamos a diario. No debe por ello de extrañarnos que sólo por usarse, por disfrutar de un mes “gratis” ya nos pidan un método de pago. A nosotros… ó a nuestro smartphone, que no tendrá demasiados reparos en ofrecerlo.

Os ofrecemos unos consejos para evitar ésta temida situación que, en muchos casos, puede generarnos gastos bastante cuantiosos:

  • Si eres usuario de Android ó de Google Chrome, deberías comprobar si tu sistema ha capturado tu tarjeta. Os ofrecemos un enlace para que podáis seguir los pasos y comprobarlo (click aquí). Desde Atención al Consumidor recomendamos que en éste apartado no figure ningún método de pago, así cada vez que tengamos que realizar una compra, tendremos que ser nosotros mismos quienes la autoricemos de forma personal… y manual. Incómodo pero seguro.
  • Si eres usuario de Apple, iPhone, iPad, todo pasa por echar un vistazo a la aplicación llamada “Wallet” (click aquí para tutorial), en ella se guardan todas las tarjetas y métodos de pago que utiliza nuestro dispositivo en cualquier otra aplicación. Si la tarjeta no está en Wallet, en los dispositivos de Cupertino es mucho más difícil que se realice un cargo accidental.
  • Con las Consolas conviene tener una especial precaución, ya que, por una parte,  casi todos los juegos incluyen “micropagos”y por otra, a éstos dispositivos suelen acceder con demasiada facilidad los más pequeños. Lo más seguro es eliminar en el apartado Configuración cualquier tipo de método de pago una vez que hayamos finalizado la transacción deseada.
  • Especial cuidado deben tener aquellos usuarios que tienen habilitado el pago mediante su proveedor de telefonía (Movistar, Yoigo, Jazztel….) nuestras compras se cargan directamente a la factura telefónica por lo que, damos pleno acceso a terceros a nuestra cuenta bancaria.

Si pese a nuestras precauciones, finalmente se nos ha hecho un cargo – ó aún peor – la temida suscripción, debemos hablar con nuestra entidad bancaria para que ésta intervenga y, paralelamente, cursar la reclamación administrativa ante el vendedor. Sólo así podremos recuperar el dinero invertido y evitar que nuestro número de tarjeta se convierta en un codiciado botín.

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