El edificio PRAE en Valladolid se ha presentado en un congreso nacional como un ejemplo de ahorro.

Ahorrar en el consumo de energía es cuestión de economizar y controlar las necesidades reales. Seguir unas pautas para reducir las facturas requiere de una dedicación y un asesoramiento, pero la nuevas tecnologías lo hacen más fácil y permiten que sea el propio inmueble el que piense en la eficiencia. Ello es posible gracias a instalaciones inteligentes que, aplicando un sistema de domótica, son capaces de medir, vigilar, monitorizar y aplicar la justa electricidad o calefacción garantizando los niveles óptimos de confort térmico, acústico y lumínico. El edificio del PRAE —de la Fundación Patrimonio Natural— de Valladolid es un ejemplo de ello. En él se distribuyen distintos equipamientos que han permitido reducir el gasto en un cincuenta por ciento a partir de simples técnicas como detectores de presencia para activar la iluminación, que le han llevado a ser garante del medio ambiente y ser seleccionado como referente para el Primer Congreso Nacional «Edificios de Energía Casi Nula», que se celebro la semana pasada en Madrid.

En 2011, el PRAE arrancó con esta experiencia de ahorro energético de la mano del proyecto europeo «Life Domotic» en el que participa junto a otras dos instalaciones aragonesas. Las tres son centros con gran afluencia de público a los que se ha querido llevar la innovación para demostrar que un inmueble automatizado tiene un gran potencial para reducir el impacto negativo del consumo sobre el medio ambiente. Tal es así que esta iniciativa ha conseguido reducir en más de 400 toneladas la emisiones de gas de efecto invernadero.

Disminuir el consumo de gasoil para calefacción de mas de 30.000 litros por año, el consumo eléctrico en más de 750.000 kilowatios y el de gas natural en más de 40.000 metros cúbicos, son algunas de las marcas conseguidas por el proyecto, que ha diseñado y aplicado en el edificio del PRAE un sistema inteligente con el que se incorporan diferentes elementos de iluminación, climatización, gestión y monitorización de energía, alarmas y telecomunicaciones.

En cualquiera de las 30.000 visitas que reciben al año se pueden comprobar sus resultados. Y es que, a las puertas, una pantalla los muestra al público y trasmite a los asistentes las ventajas de control y la motorización de la energía. Unos resultados que han sido expuestos en Madrid tras ser seleccionado de entre cien proyectos para el citado Congreso Nacional. Pero no sólo en esta cita el PRAE será tomado como ejemplo. Y es que el proyecto europeo contempla la elaboración de una guía practica con los resultados que facilite la correcta aplicación de esta tecnología en edificios de gran afluencia de público, como colegios, universidades o museos.

Sostenibilidad

Las solución tecnológica añade nuevos elementos de control y equipamientos de todo tipo en las instalaciones, como analizadores y sondas de temperatura y calidad del aire, contadores de energía o detectores de presencia. En el PRAE estos elementos contribuyen a poner en práctica su filosofía de sensibilización y educación en un estilo de vida respetuoso con el medio ambiente. Y es que este edificio además del sistema de monitorización domótica de su energía pone en práctica otras iniciativas que pivotan sobre el principio de sostenibilidad. Está proyectado con una planta baja semienterrada, que junto con el uso de muros de hormigón y termo arcilla y la utilización de fibra celulosa de papel reciclado como aislante permiten un ahorro energético, complementado con el sistema de climatización general de suelo radiante-refrescante que aprovecha la energía solar térmica. Tales proyectos le han valido el certificado internacional de construcción sostenible.
Fuente:abc.es

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