Los servicios de alojamiento en casas particulares como alternativa al hotel están de moda.

Un hotel o apartahotel, en sus diferentes modalidades, son la opción más tradicional para alojarse durante los desplazamientos a otras ciudades y países. Sin embargo, hay alternativas para encontrar cama con un coste inferior, que se alejan de los estándares que rigen los establecimientos hoteleros.

Hace ya más de 50 años que se inventaron las comunidades de intercambios de casas, que comenzaron mediante catálogos en papel y en la actualidad utilizan a Internet como la principal plataforma para poner en contacto a los miembros de estos “clubes”. Su vertiente más moderna es disponer un sofá, o una cama, para otros usuarios.

A continuación se detallan algunas de las plataformas que ofrecen este servicio y se explican las ventajas e inconvenientes de estos alojamientos.

Alojamiento barato en la Red, un negocio en auge

Plataformas como CouchSurfing están entre las más utilizadas para esta modalidad de intercambios. Este tipo de página web no busca un beneficio económico de los miembros, sino una forma de dar un servicio de hospitalidad que permita conocer a otras personas y vivir experiencias. Desde el pasado mes de septiembre, sin embargo, esta página web ha dejado de ser una organización sin ánimo de lucro que vivía de las donaciones de sus usuarios para convertirse en una empresa con la intención de salir a Bolsa, aunque su funcionamiento y filosofía no cambiará, según asegura su fundador, el emprendedor Daniel Hoffer.

En los últimos años se han formado muchas plataformas destinadas a que particulares de todo el mundo puedan ganar dinero al poner sus habitaciones a disposición de otras personas

En los últimos años, no obstante, se han creado en Internet muchas más plataformas destinadas a que particulares de todo el mundo puedan ganar dinero a base de poner sus habitaciones y casas a disposición de otras personas. De esta manera, es posible encontrar casas particulares, apartamentos, chalets, habitaciones e, incluso, otros tipos más exóticos de hospedajes, como barcos.

El funcionamiento es sencillo: los particulares que ofrecen un alojamiento publican sus ofertas en la plataforma y el resto de usuarios pueden valorar el trato, la hospitalidad y las condiciones de la estancia. Por tanto, la reputación de los alojamientos está en constante evaluación por parte de los huéspedes que los han utilizado.

Una vez aceptada una reserva, el anfitrión y el huésped deben quedar para la entrega de llaves, aunque toda la transacción económica se realiza a través de las plataformas que los ponen en contacto. El negocio de estas empresas está en quedarse con un porcentaje de la transacción, que oscila entre el 3% y el 15%.

Peligros y garantías al reservar en Internet

Sin embargo, no es un negocio completamente aséptico, sino que entraña algunos peligros, como que las condiciones no se cumplan al 100% o bien que los inquilinos destrocen el mobiliario. Por este motivo, los servicios ponen a disposición del dueño una garantía frente a imprevistos y daños causados por el huésped en situaciones como vandalismo o robo.

También puede ocurrir que el cliente cancele la reserva muy poco tiempo antes de la fecha de entrada, o bien lo contrario, que el anfitrión no atienda a la reserva y el inquilino se quede sin casa. Debido a esto, algunas de estas plataformas no permiten la cancelación una vez aceptada la reserva, a no ser que sea a causa de fuerza mayor.

Además, en algunos países, parte del sector turístico considera que este tipo de plataforma convierte apartamentos particulares en hoteles ilegales porque no pagan los impuestos locales sobre pernoctación que los ayuntamientos de algunas ciudades aplican sobre los turistas.

Principales plataformas

Una de las empresas líderes del sector, Airbnb, con más de dos millones de noches vendidas en sus tres años de funcionamiento, tuvo una crisis de reputación el pasado verano debido a que uno de los usuarios de la plataforma se encontró con su piso destrozado después de ponerlo en alquiler. El CEO y cofundador de la empresa, Brian Chesky, se comprometió de forma pública a mejorar los sistemas de seguridad, atención al cliente y pagos seguros. En la actualidad, Airbnb está valorada en más de mil millones de dólares y cuenta con más de 15.000 ciudades en 192 países donde poder alquilar un alojamiento, entre ellos España desde febrero de este año.

Desde Alemania, se han puesto en marcha dos proyectos similares con alcance global. Wimdu cuenta actualmente con 2.000 ciudades de 103 países. Dispone de miles de alojamientos, desde apartamentos en las grandes urbes hasta casas en árboles. Esta plataforma también permite publicar ofertas bajo el concepto de “Bed and Breakfast” en un apartamento de otra persona. Por su parte, 9flats, que cuenta con versión en español, es una plataforma muy parecida a Airbnb, en la que huéspedes e inquilinos pueden cerrar sus acuerdos para el alquiler de un apartamento en cualquier lugar del mundo.

Desde España, también se ha lanzado la plataforma DondeDormir.com, para encontrar desde una cama para dormir de alquiler en un piso por temporadas, hasta apartamentos en la playa. Por el momento, la oferta disponible está más centrada en nuestro país que en otros destinos internacionales.

En Argentina, la web CompartoDepto cuenta con más de 20.000 habitaciones y apartamentos para alquilar a lo largo y ancho del país austral.
Fuente:consumer.es

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