Los perjudicados, para defender sus intereses, deben agruparse en una plataforma de inversores o acudir a la vía penal bien asesorados.

Desde que saliera a la luz pública el informe de la consultora Gotham City Research sobre Gowex, se han descubierto los supuestos engaños del fundador de este operador de wifi gratis en la calle, que basaba el 90% de sus ingresos en datos falsos. Entre las principales víctimas se encuentran más de 50.000 pequeños ahorradores con aportaciones entre 10.000 y 15.000 euros que pueden perder parte sus ahorros por esta situación.

Este caso se une a otros de los que han sido objeto los inversores españoles en los últimos años, como el de Fórum Filátelico-Afinsa. Pero en esta ocasión, es la primera vez que sucede con una empresa que cotiza en Bolsa, en concreto en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). Los inversores atrapados en esta estafa lo tienen difícil para tratar de recuperar sus ahorros, pero hay distintas vías desde las que defender sus intereses.

Qué alternativas tienen los afectados

El escenario, tras el escándalo de Gowex, es poco gratificante para los minoristas, y las opciones que tienen los afectados no son muy extensas. Sin embargo, disponen de algunos mecanismos para defender sus intereses ante la estafa de la que han sido víctimas:

  1. El más desaconsejado por los expertos es que acudan de forma individual como parte de la acusación contra la empresa. Esto requerirá un mayor sobresfuerzo económico, al tener que contratar un equipo jurídico para llevar su defensa.
  2. Otra más satisfactoria consiste en integrarse en una de las plataformas de afectados recién creadas y que han anunciado su intención de denunciar a todas las partes involucradas en este caso, entre ellas la compañía, Bolsas y Mercados Españoles y la firma de auditoría M&A. Los impulsores de la plataforma, que se ha formado a través de Twitter bajo el nombre Estafados Gowex, desean agrupar al mayor número de perjudicados para emprender sus acciones legales y potenciar sus demandas ante la Justicia.
  3. Una tercera vía proviene del asesoramiento puntual de algunos servicios jurídicos. Legálitas aconseja a todos los afectados acudir a la vía penal para defender sus intereses. Lourdes Guzmán, responsable jurídica de esta empresa, expone que en el estado actual de la investigación pueden dibujarse de forma provisional una serie de delitos: apropiación indebida de múltiples perjudicados, falsedades contables, insolvencias punibles y delitos fiscales. Y señala que estos supuestos delitos deben ser instruidos en el juzgado para depurar las responsabilidades tanto penales como civiles derivadas de estos hechos. Consideran que hay una alta probabilidad de que, una vez interpuesta la querella, el juez dicte medidas cautelares por considerar que existe riesgo de destrucción de pruebas y posibilidad de fuga. Por este motivo, se recomienda interponer las acciones judiciales lo antes posible. Y en este sentido, este servicio de abogacía ofrece una consulta legal gratuita a todas las víctimas de este supuesto fraude.

Algunos inversores están aprovechando la ocasión para posicionarse en Bolsa a través de compañías con el mismo o similar negocio que Gowex y, de esta manera, beneficiarse del desarrollo de su negocio. En este sentido, Eurona Wireless se alza como la reina del wifi tras el descalabro de Gowex, y si bien su primera reacción fue una caída del 22%, después ha rebotado un 48% en un intento de los inversores más especulativos de aprovecharse de esta circunstancia para obtener plusvalías.

Radiografía de sus acciones

La última cotización de la empresa Gowex, tras sucederse las informaciones sobre su fraude contable, ha sido de 7,92 euros por acción (2.07.2014), y después de haberse desplomado algo más del 70% en las dos últimas sesiones del mercado bursátil, cuando había llegado a cotizar por encima de los 20 euros en los días previos.

En todo caso, la depreciación de esta compañía durante 2014 ha sido del 40%, de forma que quien haya invertido a primeros de año 1.000 euros, habrá perdido de golpe 400 euros si las vendió en la última sesión en que cotizó. Aunque lo peor no es eso, sino que lo pierda todo como consecuencia del anuncio por parte de la empresa de acudir al concurso de acreedores.

Pero una de las peculiaridades de esta compañía es que no cotizaba en el mercado continuo, sino en el alternativo bursátil, que es un mercado organizado autorizado por el Gobierno español y supervisado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, que ofrece un sistema de contratación, liquidación, compensación y registro de operaciones que se efectúen sobre acciones y otros valores. Hasta 23 empresas cotizan en él, todas ellas de pequeña capitalización, y la contratación de acciones se realiza a través de un sistema de fijación de precios en dos periodos de subasta (denominados “fixings”) que son diarios, y no cotizando con regularidad como pasa con las acciones integrantes del mercado continuo.

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