Además de la enfermedad celíaca, que afecta a una de cada cien personas, existen otras patologías relacionadas con el gluten, como la alergia al trigo o la dermatitis herpetiforme.
La enfermedad celíaca, enteropatía que se desarrolla tras la ingesta de gluten en individuos con predisposición genética, es cada vez más prevalente: afecta a alrededor del 1% de la población. Los síntomas asociados a la celiaquía son múltiples y variados y el único tratamiento eficaz consiste en suprimir de la dieta los alimentos que contengan gluten. Por ello es preciso acudir al médico para diagnosticarla. Pero, además de esta enfermedad, hoy en día se conocen otro tipo de reacciones al gluten que merecen ser consideradas.
Enfermedad celíaca, la más conocida
Hasta no hace mucho, la enfermedad celíaca se diagnosticaba tras el inicio de diarreas, malabsorción y desnutrición con pérdida de peso. No obstante, en la actualidad se han detectado manifestaciones no clásicas de la celiaquía que incluyen otros síntomas tales como anemia, osteoporosis, alteraciones neurológicas o cefalea.
El diagnóstico de la enfermedad celíaca debe realizarse siempre por un médico especialista que, para ello, tendrá en cuenta los resultados de la analítica sanguínea (predisposición genética y análisis de los anticuerpos en sangre) y el estudio de la biopsia intestinal (aunque algunos autores empiezan a proponer el diagnóstico sin necesidad de la biopsia intestinal).
El tratamiento consiste en una dieta sin gluten, que debe realizarse de manera estricta el resto de la vida. Por ello es importante contar con un buen diagnóstico y, además, acudir a un dietista-nutricionista para pautar la alimentación a partir de ese momento.
Sensibilidad al gluten no celíaca, una nueva patología
La sensibilidad al gluten no celíaca es otra forma de intolerancia a esta proteína, presente en la semilla de muchos cereales. Esta sensibilidad es una entidad de reciente definición y todavía se está investigando a fondo para conocer cuáles son los mecanismos fisiológicos implicados en ella. Por esta razón, es fundamental que sea siempre un especialista quien la diagnostique.
Esta enfermedad provoca síntomas similares a los que presentan los pacientes celíacos. Los más habituales son dolor abdominal (68% de los pacientes), aparición de eczemas (40%), dolor de cabeza (35%), confusión mental (34%), fatiga (33%), diarrea (33%), depresión (22%), anemia (20%) u otros.
La predisposición genética de estas personas no está del todo clara, puesto que solo la mitad de ellas presenta una alteración genética positiva para los genes de celiaquía. Además, no existen todavía marcadores bioquímicos específicos para esta entidad patológica. En la práctica, el médico termina por diagnosticar la sensibilidad al gluten no celíaca, cuando descarta todas las otras posibles patologías y observa una mejoría del enfermo tras la dieta sin gluten. Los síntomas de algunos pacientes mejoran cuando cambian a una dieta de bajo contenido en gluten, sin necesidad de eliminar su presencia del todo.
Alergia al trigo
Esta reacción inmunológica adversa a las proteínas del trigo puede afectar a la piel, al tracto gastrointestinal o al aparato respiratorio. Una de las alergias al trigo más prevalentes es el “asma del panadero”, una reacción alérgica estudiada típicamente en los panaderos. También existe la anafilaxis dependiente del trigo e inducida por el deporte, una reacción alérgica grave que puede perjudicar a distintos sistemas orgánicos (respiratorio, vascular, cardíaco) y que puede poner en riesgo la vida del paciente.
Dermatitis herpetiforme
Se trata de una manifestación en la piel que se observa en los pacientes con enfermedad celíaca. El tratamiento de esta dermatitis consiste en el estudio de la celiaquía y en la realización de una dieta sin gluten.
Ataxia por el gluten
La ataxia es una descoordinación en los movimientos del cuerpo, que puede producirse por el efecto de diversas patologías, como enfermedades neurológicas o musculares. La ataxia por gluten es una enfermedad autoinmune que daña el cerebelo y cuya consecuencia es esta descoordinación de los movimientos. La respuesta a la dieta sin gluten en este tipo de pacientes dependerá del tiempo en el que se haya tardado en realizar el diagnóstico, puesto que algunos de los daños cerebrales pueden ser irreversibles.