Cuando, hace ya casi dos décadas, iniciamos la andadura de éste Proyecto Social que es Atención al Consumidor, debíamos lidiar, diariamente, con las consultas, quejas y enfados de Consumidores que habían tenido distintos desencuentros con sus compañías de Telefonía y Telecomunicaciones. Con el tiempo, la temática fue variando hacia las empresas de energía (Luz y Gas) y más recientemente, fueron las compras “On Line” sobre las que tuvimos que centrar nuestro labor. Nos enfrentamos ahora a un nuevo reto, a un nuevo peligro para Consumidores y Usuarios. Mucho más poderoso que todos los anteriores.
Fijaos en la Imagen anterior. Seguro que os resulta familiar. Intentamos leer un artículo, se nos ofrece pagar por él (opción que entendemos plenamente, ya que tras él hay un esfuerzo y un trabajo)… pero también una alternativa: “Aceptar y continuar gratis”. La mayor parte de los usuarios optan, optamos en algún momento por ésta última opción, muchas veces sin ser conscientes de que no; ya NADA es gratis en Internet. en realidad estamos pagando pero con algo más importante que el propio dinero: con nuestros propios datos personales.
Un Consumidor atrapado entre el Big Data y la “IA”.
Hace no mucho tiempo el mero hecho de poder recavar todos ésos datos que íbamos “dejando” mientras navegábamos (el llamado “Big Data” ó “Macrodatos”, en castellano que nos gusta más…), era una moneda de pago muy codiciada para compañías y empresas de marketing, ya que permitía ofrecer al Consumidor ofertas comerciales más personalizadas, focalizadas y con mayores garantías de acabar en venta. Sin embargo, tal sistema ha ido un paso más allá. En realidad muchos pasos más allá.
La aparición y uso de los afamados sistemas de Inteligencia Artificial, permite a terceros, conocernos mucho mejor… y ya no sólo como Consumidores; también como personas, como fans, ¡como pacientes!, lo que abre el abanico de posibles ventas a campos que, hace apenas dos años, hubieran sido impensables. Si revisamos la imagen que os proporcionábamos en la parte anterior del artículo comprobaremos que hay ¡nada menos que 812 compañías! nutriéndose de éstos datos. De nuestros datos, incluyendo farmacéuticas, grandes comercializadoras, Medios de Comunicación y canales de venta diversos, a veces mediante venta, en ocasiones, y como vemos en la imagen de la derecha, mediante subasta. Luego no; leer el artículo NO ES GRATIS, de hecho ya nada es gratis en Internet.
¿Cómo puede defenderse el usuario?.
En primer lugar debemos asumir que, tras todos ésos contenidos, artículos, imágenes y similares hay el trabajo de miles de personas que, como nosotros, comen, viven y pagan un techo. Por lo tanto; no deberíamos rasgarnos las vestiduras cuando piden una compensación. El problema es si ésta compensación es plenamente consentida y, más importante aún, proporcional a lo que nos ofrecen a cambio.
Y no, desde luego que “intercambiar” nuestros datos más sensibles por la lectura de un simple artículo quizás no sea un buen trato. De hecho casi nunca lo es.
Afortunadamente, para zanjar cualquier desavenencia sobre un tema tan sensible como el que nos ocupa, tenemos en Europa y en España el denominado – y en ocasiones temido – Reglamento General de Protección de Datos, que garantiza el preservar nuestra intimidad y seguridad como Consumidores.
¿Cuando actuar?, en muchas ocasiones la propia información comercial que ofrecen muchas páginas nos dará una buena pista de aquella información que terceras partes tienen de nosotros: incluso a nivel médico. Llegados a éste punto… es el momento de actuar, de velar por nuestra integridad. Ya no sólo como personas, también como Consumidores.
Por éste (….y otros muchos motivos) ponemos a vuestra entera disposición nuestro Servicio de Atención al Consumidor 24 horas, con un equipo técnico y humano que, no sólo velará por tus Derechos; también hará todo lo posible para ayudarte a resolver cualquier posible intromisión, desavenencia ó circunstancia similar. Porque no; nuestra privacidad JAMÁS debe convertirse en un método de pago.