El cóctel de hierbas terapéuticas y fármacos puede desencadenar terribles consecuencias en el organismo. Una nueva regulación europea marcará límites para evitar el comercio sin supervisión

especias

Parecen inofensivas y muchos creen que tomarlas sin consejo médico no trae consecuencias. Muchas se adquieren sin apenas garantías de calidad, en mercadillos y herbolarios, donde los etiquetados incumplen las normas que se recogen para tal efecto en las leyes vigentes (Ley de Garantías de 2006, como queda registrado en el capítulo V apartado 51.3: «Podrán venderse libremente al público las plantas tradicionalmente consideradas como medicinales y que se ofrezcan sin referencia a propiedades terapéuticas, diagnósticas o preventivas, quedando prohibida su venta ambulante»).

plantasDesde el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (Infito) se recomienda, sobre todo, la compra en las farmacias. Concha Navarro, la presidenta de Infito, así lo expresa: «Deben adquirirse siempre en la farmacia, ya que de esta forma disponemos del valor añadido que le da el farmacéutico como especialista en el medicamento».

Sin embargo esto no es así. ¿Por qué? Resulta habitual encontrarse en los mercadillos con los típicos puestos en los que se vende a granel las hierbas medicinales. «Este hecho está totalmente prohibido por la legislación vigente», expone Iván Espada, farmacéutico técnico del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cgcof). Además, ¿quién no se ha resistido alguna vez a buscar en alguna planta el remedio para su dolencia?

Una de cada tres personas en España lo ha hecho en más de una ocasión, según datos de Infito. Y es que la naturaleza ofrece un amplio abanico de medicinas contra resfriados, catarros, dolores articulares, insomnio, síndrome premenstrual, alteración del ánimo, problemas gastrointestinales y dermatológicos, entre otros muchos. Además, en la mayoría de los casos,  como cuenta Navarro, «se procede a la automedicación no informada».

En un estudio realizado en 2003 por el Consejo de Colegios de Farmacéuticos de Cataluña, se observó sobre una muestra de 11.787 pacientes crónicos que cerca del 43 por ciento de los enfermos crónicos encuestados consumían plantas medicinales además de su medicación habitual y cerca del 42 por ciento de éstos lo hacían para la misma enfermedad para la que tomaban sus pastillas. «Lo que significa que cerca del 18 por ciento de los encuestados estaban en riesgo de posibles interacciones», apunta la vocal de Plantas Medicinales del mismo, María José Alonso.

Más control

Las plantas medicinales actúan como verdaderos fármacos, «ya que las sustancias químicas que las componen pueden tener una actividad biológica en las personas», expone Espada. Por esta razón, existe una necesidad de respetar la distinción entre plantas de uso tradicional «inocentes» como la manzanilla y otras con uso más terapéutico que pueden tener indicaciones y efectos secundarios.

En este sentido, los expertos se muestran de acuerdo en una legislación más estricta. Así, como explica el portavoz del Cgcof, de aquí a 2011 más de 1.000 compuestos naturales hasta ahora recogidos bajo el amparo de «Planta Medicinal Registrada», pasará a convertirse en «Medicamento Tradicional a base de Plantas».

Esto se debe a la entrada en vigor de un Real Decreto que afectará a toda la Unión Europea (UE) y que viene a imponer una serie de nuevas normas más «severas» para comercializar remedios naturales. «Deben contener una serie de indicaciones o alegaciones sobre para qué sirve, establecer una dosificación y tener un cierto reconocimiento de sus beneficios», explica Espada.

Sobre este último punto, el especialista aclara que debe exitir una mención bibliográfica de sus bondades y demostrar un uso tradicional en Europa durante más de 15 años y si proceden de fuera de la UE, de más de 30. Hasta ahora, se permitía la presencia en el mercado de productos fitotradicionales con una simple notificación a la Administración.

Así, las herboristerías «sólo pueden vender aquellas plantas tradicionales en las que se ha comprobado que no hay toxicidad y que sus envases no llevan indicaciones terapéuticas», apunta Espada.

Evidencias de peligro

Cada vez resulta más  habitual encontrarse con personas que consumen plantas medicinales con el fin de mejorar «de lo suyo» con «ayuda extra». Sin embargo, este acto conlleva para los pacientes con problemas de corazón algunos peligros, según un reciente estudio de la Asociación Americana de Cardiología, tal como publica en su revista.

«El calificativo de “natural” disfraza la verdadera magnitud de los productos herbales. Todo lo que se toma tiene sus efectos en el organismo», apunta Arshad Jahangir, profesor de Medicina de la Clínica Mayo en Arizona, EE UU. Por ello, advierte de que el consumo de los mismos puede incrementar o disminuir, según cuál se tome.

Jahangir pone como ejemplo la aparición de hemorragias cuando se toma ajo y warfarina –anticoagulante– al mismo tiempo o el incremento arritmias con la hierba de San Juan (extracto de Hypericum perforatum). «Es clave abordar este asunto con los pacientes, que de forma paralela a sus tratamientos, usan este tipo de sustancias, sobre todo en los enfermos cardiovasculares», subraya Alonso.

Por otro lado, Roger Byard, patólogo forense de la Universidad de Adelaida (Australia) también ha elaborado un estudio sobre las peligrosidad de las plantas medicinales, publicado en «Journal of Forensic Sciencies». En este trabajo se subraya la elevada toxicidad de muchas plantas medicinales.

Un ejemplo, la Chan Su, empleada para tratar dolores de garganta, forúnculos y palpitaciones contiene venenosas secreciones de sapo chino, que «puede desencadenar infartos e incluso estados de coma», apunta Byard.

«Las hierbas medicinales frecuentemente se mezclan con fármacos, lo que presumiblemente podría aumentar sus efectos. Pero, sin embargo, tienen efectos devastadores», sostiene Byard. En su trabajo ha analizado 251 productos medicinales procedentes de Asia, que frecuentemente ocupan las estanterías de los herbolarios estadounidenses, y como resultado encontró arsénico en 36 de ellos, mercurio en 35 y plomo en 24.

Byard cita el caso de un paciente epiléptico que, a pesar de seguir la medicación prescrita, ingirió cierto compuesto de hierbas chinas y quedó en coma. En el trabajo de Byard se apunta que en los preoperatorios también se incluya de cierta manera, en las visitas a los anestesistas, este asunto, así como la interrupción de la toma de las plantas.

Cuidado en el quirófano

Al hilo de estas declaraciones, en España, se debe destacar el trabajo de un equipo de médicos del Hospital German Trias y Pujol de Barcelona. El coordinador del Área de Medicamento del Hospital, Xavier Bonafont, expone que el consumo de ginseng, ajo, valeriana, kava, ginkgo, serenoa repens, hierba de San Juan y equinácea podría prolongar el despertar de la anestesia.

«En algunos casos, incluso, podríamos hablar de recuperaciones posoperatorias más lentas, aunque difícilmente podría llegar a la muerte», apunta Bonafont. Por ello, este experto, junto Maite Bosch del Servicio de Farmacia del mismo hospital, ha elaborado un protocolo informativo para que los pacientes sean avisados de este asunto al realizar la visita al anestesista, días antes de ingresar en quirófano.

El periodo recomendado sin ingerir las plantas varía entre las 24 (en el caso de la kava) y las tres semanas (equinácea y serenoa sapenes), según la planta. Así, el ajo, la valeriana y el ginseng deberían dejarse al menos siete días antes. Entre los posibles efectos adversos, además del despertar, las complicaciones de que las plaquetas cierren hemorragias, la interacción con anicoagulantes orales e incluso alteraciones del sistema nervioso central.

Valeriana: Llega a producir un exceso de relajación
Uso: Una de las plantas más empleadas para aliviar el insomnio y el estrés, entre otros. Se ingiere normalmente en forma de pastillas o infusiones.
Combinación peligrosa: Depresores del sistema nervioso central (SNS) –como el alcohol, las benzodiacepinas– y antiepilépticos, entre otros.
Riesgos: Potencia su efecto depresor sobre el SNC. Combinada con la pasionaria puede interactuar con trombolíticos y antiagregantes.

Ajo: Potencia los efectos de los fármacos
Uso: Reduce la presión arterial, ayuda a controlar el colesterol y a combatir un buen número de hongos, virus y bacterias, actúa como antibiótico. La mayoría lo ingiere en forma de suplementos preparados.
Combinación peligrosa: Debe evitarse si se toman anticoagulantes orales, antiagregantes, antihipertensivos y antirretrovirales.
riesgos: Incrementa el INR, es decir, hay más posibilidades de hemorragias.

Ginseng: Contrarresta a los antidepresivos
Uso: La raíz de esta planta concentra los nutrientes necesarios para el organismo. Conviene consultar el origen del mismo (asiático, americano y siberiano) porque sus efectos son diferentes.Combinación peligrosa: Anticoagulantes orales, antiagregantes, antidiabéticos e IMAO (inhibidores de la monoaminooxidasa –una familia de antidepresivos).
riesgos: Se eleva el umbral del INR, existe una posible acción hiplogecemiante y puede causar efectos tipo manía.

Hierba de san juan: Reduce la acción de muchas medicinas
Uso: Comúnmente se emplea para paliar los síntomas de los estados depresivos y la ansiedad. En forma tópica, sirve para la cicatrización de heridas.Combinación peligrosa: Inmunomoduladores, estatinas, quimioterapia, anticonceptivos orales, omeprazol y antidepresivos, entre los más importantes.
riesgos: Potente inhibidor del cit P450, que disminuye la concentración de muchos fármacos y afecta a su eficacia. Aparición de somnolencia.

Ginkgo: Inhibe el efecto de los anticonvulsivos
Uso: Originario de Oriente, se le atribuyen propiedades estimulantes de la circulación, vasodilatadoras, venotónicas, antitrombóticas (anticoagulantes) y antiinflamatorias.Combinación peligrosa: Anticoagulantes orales, antiagregantes, IMAO, antipsicóticos e insulina.
riesgos: Inhibe la agregación plaquetaria (sangrado), potencia el efecto de los antidepresivos, causa convulsiones con fármacos que controlan esto y afecta a la secreción de insulina.

Kava-kava: Riesgo de exceso de anticoagulación
Uso: Se ha empleado durante siglos por sus propiedades como sedante, relajante muscular, diurético y narcótico.
Combinación peligrosa: Depresores del sistema nervioso central (SNS), como las benzodiacepinas. También interactúa con la levodopa –párkinson– y la warfarina –anticoagulante.
riesgos: Aumenta los efectos hipnóticos y sedantes, reduce la eficacia de la levodopa por ser un antagonista y potencia el efecto anticoagulante.

Regaliz: Desarrollo de hipertensión
Uso: Indicaciones aprobadas por la Comisión Europea: catarros de las vías respiratorias, úlcera gástrica o duodenal. Tradicionalmente también forma parte de tisanas laxantes.
Combinación peligrosa: Corticosteroides y anticonceptivos orales.
riesgos: Incrementa de forma significativa las concentraciones plasmáticas. Aparición de hipertensión, edemas e hipopotasemia (descenso en los niveles del ion potasio, K).

Equinácea: Anula a los inmunosupresores
Uso: De forma popular, se conoce su bondad como potenciador del sistema inmune, por lo que se emplea especialmente en la prevención y tratamiento de las enfermedades infecciosas de origen vírico (principalmente resfriado común y gripe).
Combinación peligrosa: Al actuar como inmunoestimulante podría interferir con fármacos inmunosupresores.
riesgos: Anula el efecto de los medicamentos mencionados, sobre todo si es por trasplante.

Zaragatona: Altera los niveles plasmáticos
Uso: Se emplea sobre todo en casos de estreñimiento y patologías y situaciones en las que sea recomendable asegurar una defecación suave. Además, sirve para el tratamiento sintomático a corto plazo de la diarrea inespecífica.
Combinación peligrosa: Litio, calcio, hierro, vitamina b12, glucósidos cardiotónicos y derivados cumarínicos.
riesgos: Reduce las concentraciones plasmáticas, alterando los niveles de sus elementos.

Borraja: Eleva la toxicidad de las pastillas
Uso: En forma de aceite, se emplea para prevención de trastornos cardiovasculares y paliar el síndrome premenstrual. También se utiliza como suplemento de ácido linolénico en dermocosmética y en el mantenimiento del buen estado de la piel.
Combinación peligrosa: Antineoplásicos e inmunomoduladores, como el paclitaxel y el vinorelbina.
riesgos: Potencia la toxicidad de los medicamentos mencionados anteriormente.

Fuente: larazon.es

4 COMENTARIOS

  1. Buenas..

    Quisiera mencionarles que las plantas medicinales son una alternativa a la
    medicina moderna, ya que encontramos que muchas de estas traen variadas propiedades
    aparte de ser usadas por nuestros antepasados que solian vivir de manera natural
    Encontramos plantas como el te verde,el ginseng, el gingko bilboa..etc

    bueno mejor les recomiendo esta lectura.. no se trata de venta de productos ni nada..
    es meramente informativa..

    http://medicalyard.com/category/plantas-medicinales/?lang=es

    tambien hay mas sobre medicina natural… aunque hay varias fuentes en la web
    suelo visitar esta en particular y me entero mas acerca de estos temas..

    Saludos =D

  2. SOY FARMACEUTICO Y TENGO UN HERBOLARIO DESDE HACE 20 AÑOS. ME DEBEN COMPRAR PORQUE SOY FARMACEUTICO O NO ME DEBEN COMPRAR PORQUE TENGO UN HERBOLARIO… POR FAVOR, LO QUE DA CREDIBILIDAD ES LA CALIDAD DEL PROFESIONAL QUE ESTA AL FRENTE, NO LAS PAREDES DEL NEGOCIO QUE OSTENTA

  3. Lean los prospectos de los medicamentos , y los “pueden” les pondrán los pelos de punta.

    Pero eso sí, están contrastados por estudios ” a la carta”. Dime que quieres vender y yo te demuestro lo bien que va. Hasta que se descubre que no… y se prohibe.

  4. Hola,
    Quisiera recordar que habemos personas que solo nos tratamos con medicina natural, por lo cual no tendriamos ninguna interaccion con un farmaco, acudimos a nuestros naturopatas y estamos sastifechos.
    Y todos los efectos secundarios de los farmacos? todo lo mal que le hacen a las personas , hasta que oops, despues de 30 anyos se prohibe porque mira, pues no funcionaba bien!
    Es una verguenza y una violacion a los derechos humanos… Tenemos derechos a elegir nuestra propia via de sanacion.

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