Estas tarifas generan un mayor ahorro y permiten a los usuarios contener los gastos en sus facturas, pero su mal uso puede generar que el recibo se dispare.
En su afán por ahorrar unos cuantos euros en el recibo de la luz, más de un usuario pensará en contratar un tipo de tarifa más económica, que amortice en parte el incremento de precio de los últimos años. El gasto en luz puede limitarse a través de la gestión online, que puede rebajar la factura en más del 10%, pero son las tarifas con discriminación horaria las que generan un mayor ahorro. No obstante, como se indica a continuación, la aceptación de estas tarifas requiere una gran disciplina en la utilización del servicio por parte de los consumidores, pues en caso contrario, el gasto en luz se puede disparar.
¿Me puedo beneficiar de las tarifas de discriminación horaria?
Las tarifas con discriminación horaria son las más competitivas del mercado. Cuentan con un período punta que va desde las 12.00 a las 22.00 horas -cuando la energía será más cara-, mientras que en el valle, entre las 22.00 y las 12.00 horas, ocurre todo lo contrario. Además, si se suscribe en formato online, se puede disfrutar de importantes descuentos sobre el precio inicial. En cualquier caso, el término de potencia, que absorbe buena parte de la factura, queda inamovible y sin posibilidad de bonificaciones, ni tan siquiera con alguna mejora en sus precios.
Aunque se puede ahorrar con la discriminación horaria, conviene tener cuidado con ella porque si no se siguen sus requisitos de manera responsable, puede generar el efecto contrario y hacer que el precio del recibo suba todos los meses. Si bien bonifica el consumo en un intervalo determinado, también penaliza el realizado en el resto de períodos. De esta manera, si se utilizan los principales electrodomésticos (lavadora, lavavajillas, microondas, vitrocerámica…) en esta franja horaria, se podría reducir el resultado final de la factura hasta en casi un 50%. Aunque si se opta por estas operaciones en el período punta, tendría el efecto contrario, es decir, un incremento de entre el 10% y el 20%.
Como consecuencia de este escenario, es deseable que antes de suscribir esta tarifa se analicen con todo detalle las necesidades reales del hogar. No en vano pueden detectarse algunas situaciones que constituirán una solución para eliminar gastos, si bien otras serán todo lo contrario.
¿Cuándo es beneficioso contratar una tarifa nocturna?
- En segundas residencias o casas de vacaciones, donde se pasan pocos días al año y a veces, incluso, no se hacen (o cuando menos de forma limitada) las principales labores domésticas como cocinar o utilizar aparatos y electrodomésticos en general…
- Cuando, por cualquier circunstancia (jornada laboral atípica, estilo de vida, etc.), los usuarios tengan en los horarios nocturnos los momentos de mayor actividad dentro del hogar.
- Siempre que se respeten los horarios punta y valle de cada tarifa, aun a costa de modificar las labores domésticas para adecuarse a los períodos en que saldrá más barata la electricidad.
- Para hogares ocupados por personas solas (solteros o divorciados sin hijos…), pues será mucho más fácil adecuarse a las necesidades de estos horarios.
Por el contrario, este modelo de tarificación está contraindicado en la mayoría de los escenarios que presentan las familias españolas. Bien porque son incompatibles con los horarios de la familia o porque no pueden variar sus hábitos de consumo.
En estos casos, la solución de ahorro pasa por acogerse a una tarifa general online, que puede reducir el consumo de electricidad a cualquier hora del día, sin tener que mirar el reloj cada vez que se enciende cualquier electrodoméstico. E incluso puede potenciarse si se combina con la contratación del servicio de gas, algo que generará bonificaciones más cuantiosas.