El traslado del servicio a otra suministradora de electricidad no es un proceso sencillo y conviene saber que a veces no se obtiene ni un mejor servicio ni tarifas más competitivas

La recepción de una factura en la que se ha cobrado de más, la falta de servicio en un momento determinado o una escasa información pueden ser los detonantes para decidir cambiar de compañía suministradora de electricidad, al amparo de las modificaciones producidas tras la liberalización del sector eléctrico. Pero, como se explica a continuación en este reportaje, conviene saber que no es un proceso sencillo, y que hay que tener mucho cuidado con el traslado del servicio a otra empresa, porque puede que no se consigan las metas deseadas por el usuario: mejorar el servicio y obtener unas tarifas más competitivas.

Leer la letra pequeña antes de cambiarse de compañía

La necesidad de ahorrar lleva a algunas familias a cambiar de compañía suministradora de electricidad para conseguir pagar unos cuantos euros menos todos los meses. El traslado tiene su origen, a veces, en las continuas ofertas de la competencia, pero también se deriva de la insatisfacción de los usuarios con lo que tienen contratado. La recepción de una factura eléctrica en la que se ha cobrado de más, la falta de servicio en un momento determinado o la escasez de información pueden ser los detonantes para decidirse a variar de compañía.

Las ofertas, promociones y descuentos que proporcionan las compañías eléctricas pueden esconder alguna sorpresa que se refleje después en la factura

Pero conviene tener en cuenta que no es un proceso tan sencillo como parece en un principio, y que hay que tener mucho cuidado con el traslado del servicio a otra empresa, ya que puede que no se consigan las metas deseadas, que no son otras que mejorar el servicio y obtener unas tarifas más competitivas.

→ En primer lugar hay que cerciorarse de cuántas distribuidoras operan en la localidad, ya que no todas abarcan la geografía española en su totalidad y es posible que una importante oferta de estas compañías no corresponda al área geográfica del usuario.

→ Las ofertas, promociones y descuentos que proporcionan todas las suministradoras al servicio eléctrico pueden ser el motivo principal para irse a otro operador. Pero estas tarifas pueden esconder alguna sorpresa que se refleje en su factura. Por eso, lo más conveniente es revisar la letra pequeña del contrato, y analizarlo con todo detalle, con el fin de conocer cuál será la cantidad real que se pagará por disponer del servicio y a cambio de qué condiciones. Un proceso muy útil para calcular la ventaja de una u otra oferta consiste en compararlas todas, también con la que ya se tiene contratada.

→ Otro aspecto que habrá que tener en cuenta para variar de compañía en este sector será el tiempo que dura este proceso. No es excesivo, pero tampoco rápido: lo habitual es que se produzca en un plazo estimado de entre 10 y 20 días. Hay que estar tranquilos, ya que en ningún momento los usuarios se quedan sin servicio.

¿Es conveniente el cambio?

Cambiar de operadora eléctrica puede mejorar el bolsillo del usuario y permitirle llegar a fin de mes, a través de ofertas más competitivas, pero hay que cerciorarse de que se cumplan ciertas premisas. De no ser así, los problemas pueden incluso agravarse y es mejor seguir con el contrato que ya se tiene.

1.-   Conviene tener cuidado con el “canto de sirenas” que suponen las ofertas y promociones. Antes de suscribir un contrato hay que comprobar todas sus cláusulas: duración, tarifas, limitaciones…

No es prudente contratar estas ofertas en cuanto aparecen, es preferible esperar unos días, incluso semanas para disponer de toda la información sobre la propuesta realizada por la operadora eléctrica. Y entonces, de estar de acuerdo con sus condiciones, se puede firmar el contrato.

2.-   Hay que valorar si compensa el cambio. Si se está muy satisfecho con el suministrador que se tiene, quizás no merece la pena el traslado por unos pocos euros de ahorro.

La mejor forma de comparar las ofertas es hacerlo bajo un esquema objetivo que calcule el coste total anual para un perfil de usuario y su consumo, sin tener en cuenta otros servicios añadidos.

3.-  Deben ser los usuarios quienes tomen la decisión (nunca dejarse convencer por las presiones de una compañía) en función de las necesidades reales de cada hogar.

Seguro de protección de pagos

Los seguros de protección de pagos que comercializan las distribuidoras de las principales energías en España aseguran el pago de las facturas de la luz (también del gas) en momentos difíciles, como incapacidad o fallecimiento de sus titulares. Es una opción que se puede suscribir desde 1 euro al mes y garantiza el pago de facturas hasta un máximo de 552 euros.

Esta protección alcanza también a personas en situación de desempleo. Se garantizan estas mismas facturas, en este caso hasta un máximo de 1.083 euros, aunque la cuota mensual se amplía hasta 1,63 euros.

Esta herramienta se complementa en ambos casos con la prestación de este servicio de forma gratuita durante los dos primeros meses, incluida en la oferta de las operadoras.

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