Contratar la discriminación horaria puede suponer un ahorro en la factura eléctrica, pero conviene saber que la luz será mucho más cara en las horas centrales del día

La gran mayoría de los consumidores españoles (cerca de 20 millones de usuarios) tiene contratada la modalidad de Tarifa de Último Recurso (TUR), en la que el precio de la electricidad es el mismo a cualquier hora.

Si con la discriminación horaria se usan electrodomésticos durante el horario de mayor consumo, la factura de la luz puede subir hasta un 20%.”

Pero hay otra fórmula, la tarifa con discriminación horaria, por la que, según el momento del día, la luz es más o menos cara. Contratarla puede suponer para las familias un desahogo considerable en el recibo eléctrico, al establecer importes diferentes en función de cuándo se realiza el consumo. Pero conviene tener en cuenta que también tiene inconvenientes, como el alto precio en las horas centrales del día, cuando el uso de electricidad es mayor.

Qué es la tarifa de discriminación horaria

La tarifa eléctrica de discriminación horaria ha reemplazado a la antigua tarifa nocturna y a ella pueden acogerse todos los clientes de la TUR (Tarifa de Último Recurso), es decir, los consumidores que tienen contratos con una potencia por debajo de los 10 Kilovatios.

Para poder tener esta tarifa, el usuario debe solicitar a su compañía distribuidora la colocación de un contador que permita distinguir a qué horas hace su consumo. Sin embargo, hay que tener en cuenta la antigüedad del edificio ya que, si tiene más de 20 años, el proveedor eléctrico deberá realizar una revisión de las instalaciones.

La tarifa con discriminación horaria establece precios diferentes en función del momento del día en que se hace el consumo eléctrico, y ello puede favorecer el ahorro de las familias que la contraten. Esta tarifa tiene dos tramos:

El periodo valle, en el que la luz es más barata. Va desde las 22:00 horas hasta las doce de la mañana en invierno, y desde las 23:00 horas hasta las 13:00 horas en verano.

El periodo punta, el más caro, abarca el intervalo en que el consumo eléctrico es más habitual en hogares y empresas: desde las doce de la mañana hasta las 22:00 horas en invierno, y desde las 13:00 horas a las 23:00 horas en verano.

Ventajas de la tarifa de discriminación horaria

Este tipo de tarifa es apta para las familias que utilizan los electrodomésticos y la calefacción eléctrica por la noche o a primera hora de la mañana.

Si se aprovecha para planchar, ver la televisión, encender el aire acondicionado, poner la lavadora y el lavavajillas a última hora de la noche, y pasar la aspiradora o cocinar por la mañana temprano, el gasto eléctrico se reduce de manera considerable.

La tarifa de discriminación horaria es idónea cuando la vivienda dispone de sistemas de acumulación de energía. En el caso de la calefacción, se enciende durante la noche, pero sigue liberando calor a lo largo del día.

Si, una vez contratada, el usuario no realiza la mayor parte del consumo durante el periodo valle, puede volver al sistema de tarificación anterior.

Inconvenientes de la tarifa de discriminación horaria

La tarifa de discriminación horaria tiene como desventaja el alto precio de la luz en las horas centrales del día, cuando el consumo eléctrico es, por norma general, mayor: la hora de preparar la comida y la cena son momentos en los que se incrementa el gasto de electricidad, debido al uso de la cocina, el horno, el microondas, etc.

Los consumidores deben ser cautelosos con los horarios y procurar no encender demasiados aparatos en el periodo punta. En este sentido, si se utilizan los electrodomésticos durante el horario de mayor consumo, la factura de la luz puede incrementarse hasta un 20%.

No es una tarifa conveniente para hogares en los que varios de sus miembros permanecen en casa en el horario central del día, puesto que, por lo general, harán uso de algún electrodoméstico.
Fuente:consumer.es

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