Lo estábamos deseando. Y éste año nos lo merecemos especialmente. ¡Ya podemos irnos de “terracitas”!. Eso sí; antes de disfrutar de éste hábito tan nuestro tenemos que tener en cuenta varias cuestiones. La más importante…. que el Coronavirus sigue conviviendo con nosotros y que ¡nunca! debemos bajar la guardia.
Es sinónimo de verano, de disfrute y una merecida recompensa tras una dura jornada. Compartir una terraza con los nuestros ha sido uno de los hábitos que más hemos echado de menos durante el Estado de Alarma y, más especialmente, en los momentos más duros del confinamiento.
Todos lo estábamos deseando – y muy especialmente nuestro castigado sector hostelero – con la entrada del verano y la salida del Estado de Alarma…. ¡vuelven las terrazas!. Durante la desescalada el Gobierno de España era quien marcaba estrictamente las pautas en todos y cada uno de nuestros hábitos. Incluso en los más básicos.
Sin embargo, la “nueva normalidad” que hemos estrenado hace apenas unos días delega en las regiones muchas de las competencias que afectan a nuestra seguridad.
Y sí, efectivamente, las terrazas son una de ellas.
Una norma común y básica: nuestra propia Responsabilidad.
En muchas zonas de España, las medidas de seguridad se han relajado hasta niveles previos a la pandemia por lo que cualquier medida a adoptar depende directamente de nuestro propio civismo, de nuestra responsabilidad como Consumidores.
Las medidas generales difieren levemente entre unas zonas geográficas y otras, pero la práctica totalidad contemplan:
- Ocupación Máxima: Oscila entre el 75% y el 100% de la terraza. A ésto hay que añadir que muchos Ayuntamientos han permitido a los establecimientos ampliar sus zonas de terraza para cumplir con la normativa y, paralelamente, poder paliar el daño económico que ha generado la crisis del Coronavirus.
- Distancia Mínima: Prácticamente en todo el territorio nacional se adopta el metro y medio de distancia como baremo seguro de separación (ó “distancia social”). Ésta circunstancia unida a las mencionadas en el punto anterior han provocado que las terrazas ocupen zonas de tránsito, áreas peatonales e, incluso, plazas de aparcamiento anexas.
- Medidas de seguridad: En la clásica terraza exterior no se establece ningún protocolo referido a la mascarilla, siempre que se respete la llamada “distancia social”. Por lo general, todos los establecimientos deben desinfectar regularmente mesas, sillas y enseres y, además, poner a disposición de los clientes gel hidroalcohólico. Éste punto tampoco aparece regulado de forma explícita por lo que tendremos que ser nosotros, como Consumidores, quien lo exijamos a cada establecimiento.
- ¿No fumar?: Para no abundar en la polémica, únicamente señalaremos que la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) recomienda NO FUMAR en las terrazas para minimizar el riesgo de infección. ¿El motivo?, las llamadas “gotitas de Flügge” que conforman nuestra saliva y que, al fumar, aumentan en número y capacidad de distancia. Ó dicho de otro modo, si aún no te has animado a dejar de fumar… éste es el momento.
- “Tasa Covid-19”: No menos polémica es esa pequeña tasa que, durante éstos días, hemos visto en los tickets de algunas consumiciones en las Redes Sociales. Hay disparidad de criterios sobre la legalidad de éste concepto pero, para saldarlo, debemos indicar que es un concepto facturable y que se puede trasladar al tícket final (¡OJO!) siempre y cuando se nos avise con antelación. No entramos en si es ético ó procedente, pero la realidad legal… es ésa.
Como vemos. las nuevas normas nos conceden una renovada libertad que debemos gestionar – como Consumidores – con bastante responsabilidad. No sólo debemos exigir que el establecimiento cumpla con éstas normas elementales (incluidas las del respeto a los espacios peatonales, que se incumplen con demasiada frecuencia impidiendo adoptar la “distancia social”). También nosotros debemos ser coherentes en ésos momentos de ocio y recordar… que el Covid-19 sigue con nosotros.