Las lámparas fluorescentes compactas de bajo consumo (más información) requieren menos electricidad y permiten reducir el nivel de emisiones de las centrales eléctricas. Sin embargo, contienen mercurio, una sustancia peligrosa.

El Comité Científico de los Riesgos Sanitarios y Medioambientales (CCRSM), uno de los tres comités científicos no alimentarios e independientes que asesoran a la Comisión Europea sobre seguridad de los consumidores, salud pública y medioambiente, responde a una serie de preguntas acerca de este tema.

¿Por qué se tolera el mercurio en las lámparas fluorescentes compactas?

En la actualidad, las bombillas tradicionales se están retirando del mercado (ver calendario), sustituyéndolas por otras de menor consumo energético, principalmente por lámparas fluorescentes compactas (CFL, siglas del inglés “compact fluorescent lamp”) que contienen mercurio.

Dado que el mercurio es una sustancia peligrosa, normalmente su uso está prohibido en equipos eléctricos y electrónicos, pero se permite de manera excepcional en cantidades limitadas, por ejemplo, en lámparas fluorescentes compactas.

En la actualidad, es científica y técnicamente imposible fabricar lámparas fluorescentes compactas sin mercurio, pero las nuevas tecnologías pueden reducir el contenido de mercurio, y la cantidad permitida se irá reduciendo de manera gradual.

El mercurio solo podría salirse del interior de las lámparas si se rompen accidentalmente o se desechan junto con los residuos domésticos. Si los consumidores llevan las lámparas fundidas a puntos de recogida, el mercurio que contienen se reciclará y no se emitirá al medio ambiente.

¿Cómo podría afectar a la salud el mercurio liberado por la rotura de una lámpara fluorescente compacta?

Cuando una lámpara fluorescente se rompe, el nivel de vapor de mercurio en el aire de la habitación puede ser, por un breve momento, relativamente alto, pero el vapor se transforma rápidamente en pequeñas gotas que pueden adherirse a las superficies o al polvo durante algún tiempo, especialmente si la habitación no está bien ventilada o si no se ha limpiado a fondo. Así, el mercurio podría ser inhalado o ingerido por las personas presentes en la habitación.

Los niños tienden a estar más expuestos que los adultos al mercurio liberado, aunque en la actualidad se desconoce el alcance de este riesgo añadido.

De hecho, si los comparamos con los adultos, los niños aspiran más aire en relación a su tamaño y son más activos físicamente, por lo que inhalarían cantidades relativamente mayores de vapor. Además, los niños pequeños se meten los dedos en la boca y otros objetos, por lo que es más probable que ingieran cualquier gotita de mercurio adherida a las superficies o al polvo.

Si se le rompe una bombilla, ventile el cuarto y límpiela a continuación con un paño húmedo. Evite el contacto de la piel con los fragmentos que hayan podido quedar y no los recoja con aspiradora.

¿Las emisiones de mercurio debidas al uso y eliminación de bombillas suponen un riesgo para el medio ambiente?

Si las comparamos con las bombillas incandescentes tradicionales, las lámparas fluorescentes compactas no solo ahorran energía, sino que también reducen las emisiones de mercurio durante toda su vida útil. Esta reducción de las emisiones de mercurio es superior a la cantidad de mercurio que contienen, y que potencialmente podrían liberar si se rompieran o se eliminaran de manera inadecuada.

De hecho, la producción de electricidad en centrales térmicas de carbón implica la emisión de mercurio al medio ambiente. Dado que casi un tercio de la electricidad en Europa se genera a partir de carbón, el uso de cualquier tipo de bombilla contribuye a la emisión de mercurio, aunque la bombilla en sí no lo contenga.

Para comparar las emisiones de mercurio de los diferentes tipos de bombillas (ver comparativa), hay que tener en cuenta su potencia luminosa (en lúmenes) y su vida útil. Para una misma potencia luminosa, las bombillas incandescentes convencionales son las que suponen las mayores emisiones de mercurio, seguidas de las lámparas fluorescentes compactas (CFL) y las halógenas. En el caso de las CFL, la mayoría del mercurio se emite al final de la vida útil de la lámpara, si se desecha junto con residuos domésticos sin clasificar en lugar de ser reciclada.

¿Cuáles serían los beneficios de aumentar la recogida selectiva de lámparas fluorescentes compactas?

Debido a su contenido en mercurio, las lámparas fluorescentes compactas deberían reciclarse cada vez más, en lugar de desecharse de manera inapropiada junto con residuos sin clasificar.

Se calcula que en 2007 solo el 20% de ellas fueron recicladas. Aunque es poco probable que el uso y eliminación actuales de las lámparas fluorescentes compactas causen riesgos medioambientales, el aumento de la recogida selectiva y el reciclaje reduciría aún más las emisiones de mercurio.

Fuente: Comisión Europea : ec.europa.eu

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