En rebajas hay que acudir con un presupuesto fijado, adquirir solo artículos necesarios y recordar que como consumidores se tienen los mismos derechos que en las compras de temporada.

A pesar de que la crisis ha hecho mella entre los consumidores, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) hay una mejora en la evolución del gasto de las familias (aumentó el 0,3% en 2014 respecto al año anterior). Este dato se reflejará en las compras veraniegas. Cada persona gastará más de 76 euros durante estas rebajas de verano, sobre todo en los primeros días. ¿Cómo hacerlo con cabeza y sin arruinarse? Muy sencillo: con un presupuesto fijado y adquiriendo solo artículos necesarios, como recogen dos de los siete trucos de este artículo. ¡Y sin olvidar que durante las rebajas se tienen los mismos derechos que el resto del año!

1. Conocer el periodo de rebajas: ¿cuándo empiezan y terminan?

Hoy, 1 de julio, empiezan en muchos sitios las rebajas de verano, aunque un gran número de tiendas llevan semanas con precios reducidos, pues la legislación actual permite aplicar descuentos durante todo el año. Desde hace dos años y medio, ya no hay un periodo de rebajas concreto. Este se liberalizó para poder liquidar todo el género de la temporada anterior, y no solo las prendas de la temporada de invierno o la de verano.

En Madrid y Valencia (donde empezaron en junio) las rebajas se mantienen hasta finales de septiembre, como en Aragón, Castilla-La Mancha, Euskadi, Baleares, Cantabria y Galicia. En el resto de comunidades autónomas, el 31 de agosto llegará la ropa de la nueva temporada sin reducciones en sus importes.

2. Ir a las rebajas con lista y presupuesto cerrado

Para aprovechar bien este tiempo de precios reducidos y poder ahorrar, conviene saber en qué se gastará cada euro. Por ello, hay que hacer una lista con lo que de verdad es necesario y ordenarla: en los primeros puestos estarán las prioridades, mientras los caprichos quedarán al final.

Otro truco es salir de casa con un presupuesto cerrado y no superarlo bajo ningún concepto. Y, antes de pagar, hay que estar seguros de la compra que se hace: ¿lo necesito de verdad? ¿cuándo y cómo lo usaré? Nunca hay que adquirir por impulso, pues son las compras de las que uno más se arrepiente y, casi siempre, un gasto inútil.

3. Saber los derechos del consumidor en rebajas

Los artículos que se rebajen deben ser siempre de temporada. En la etiqueta tienen que aparecer dos precios: el de los productos antes de este periodo y el actual. También es obligatorio que estén presentes en los productos del escaparate. La etiqueta debe estar en español o en alguna de las demás lenguas oficiales.

No está de más recordar que se rebaja el precio, pero no la calidad, por lo que las taras o defectos de fábrica no están aceptadas como rebajas.

4. ¿Con tarjeta o en efectivo?

Las dos formas de pago son útiles y complementarias. Utilizar solo dinero en efectivo fomenta las compras impulsivas, aunque, en el caso de las tarjetas, se debe tener cuidado si se usa la de crédito. Hay que saber emplear el dinero “de plástico”, pues algunas tarjetas permiten ahorrar al realizar las compras aplicando una devolución sobre la cantidad de dinero gastada.

¡Importante! Si el establecimiento comercial permite que se pague con tarjeta de crédito o débito durante todo el año, tiene que aceptarla también en rebajas. Y, si no es así, debe tenerlo así especificado en un cartel, en una zona visible de la tienda.

5. No deshacerse del tique

El consejo más repetido, pero también el más útil: ¡nunca hay que deshacerse del tique! Es imprescindible para cualquier reclamación o cambio. En él deben figurar el nombre del producto, la fecha de compra, el precio y el nombre y C.I.F del establecimiento.

También es importante pedir que la tienda cumplimente la garantía, la cual se debe guardar hasta que expire. Todos los bienes de consumo nuevos tienen dos años de garantía, y los de segunda mano tienen, como mínimo, un año.

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