Smartphones, Tablets, Televisores, Pulseras y…. ¡espérense!, reciben a veces y a nuestras espaldas, órdenes de los fabricantes para que actúen en función de sus intereses comerciales (en contra, muchas veces, de los Derechos del Consumidor). Os explicamos cómo funciona éste nuevo sistema y, por supuesto, cómo hacerle frente con nuestra ayuda.

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Algo no va bien con tu Smartphone… y lo sabes

El otro día, y tras cargar mi pulsera de salud, comprobé cómo ésta – sin pedirme autorización de ningún tipo – se actualizaba internamente. “¿Dónde está el problema?” diréis. Sencillo: yo no autoricé tal modificación, tampoco recibí información sobre el proceso y, quizás lo más inquietante de todo, mi pulsera no dispone de conexión a Internet, no estaba vinculada a mi teléfono móvil, tampoco cuenta con GPS ni chip NFC (ése que permite hacer compras con nuestro “Wearable”). ¿Cómo pudo hacerlo?, ¿qué pretendía realmente con ello?.

Tú lo sabes, yo lo sé y los fabricantes también: leer el libro de instrucciones “se nos hace bola”. Nuestra idea es abrir el envase (“#unboxing” lo llaman ahora), destrozar caja, plastiquillos y otras mimbres, para acceder a lo que verdaderamente hemos comprado ¡y usarlo!. Vamos, que el ponerse a hacer actualizaciones mientras lo disfrutamos no entra en nuestros planes.

Las marcas son conscientes así que, hace ya unos cuantos años idearon un Complejo sistema que denominaron OTA “Actualización Over The Air” que, de forma resumida, les permite actualizar y modificar nuestro nuevo dispositivo sin contar con nuestra intervención. Pero…. ¿cómo lo hacen?.

Tú compras… ellos mandan.

No hace falta que instales nada “a mano”, ni que conectes tu flamante nueva compra a Internet. Como bien rezan las siglas todo es “Over the Air”, “por el aire” (normalmente mediante radiofrecuencia, algo similar a las emisoras de radio convencionales) si lo prefieres. Tu equipo recibe órdenes, se adapta a la oferta comercial que tiene el fabricante en ése momento y a tí, como Consumidor te obliga a asumir cambios que… ni has pedido ni sabes muy bien a qué conducen.

En nuestro Teléfono del Consumidor hemos recibido – ¡y comprobado! – métodos de lo más variado: a veces incluso se utiliza el cable de antena para introducir nuevas características en tu SmartTV. Inquietante ¿verdad?. No te extrañe, por lo tanto, que luego vaya más lento ó que sus funciones hayan cambiado. Todo, insistimos!, sin que medie tu consentimiento.

En la web de Huawei, nos cuentan que hasta los propios operadores de telefonía usan ésta particular técnica para tenernos un poquito más controlados (en éste caso el sistema se denomina FOTA ó “Firmware Over The Air”) que, para más INRI, en caso de salir mal puede inutilizar nuestro dispositivo. Y no; no lo cubre la garantía.

Ya sabéis por nuestra web de Atención al Consumidor, que Apple ha estado en nuestro particular “punto de mira” por su continuo afán de implantar “Obsolescencia Programada” en sus productos; esto es… que tras unos años de uso el propio fabricante determina que tenemos que cambiar de smartphone, tablet ó similar. Hasta ahora, y para ello, también se ha valido de las “actualizaciones” pero de una forma mucho más sutil.

Nada más salir al mercado la versión definitiva de iOS, si nuestro terminal es compatible, la marca empieza a pre-instalar herramientas del nuevo software sin pedirnos permiso ni opinión, ocupando un espacio precioso en la memoria de nuestro dispositivo… y ralentizándolo innecesariamente (ver imagen de la izquierda). Curiosamente, cuando apareció en los lineales en novedoso – y excelente, para qué negarlo – iPhone SE v3, los sufridos poseedores del v1 percibieron automáticamente que su veterano Smartphone comenzaba a ir cada vez más lento, la idea parece clara: “¡toca cambiar de teléfono!”.

Afortunadamente Apple sigue – a regañadientes… y por presiones legislativas y de mercado – luchando contra la obsolescencia programada por lo que la última actualización de su Sistema Operativo devolvió todo a la presunta normalidad. Creemos.

Idea

CONCLUSIÓN: EL sistema OTA es una excelente forma de mantener nuestros dispositivos tecnológicos debidamente actualizados pero, ante la falta de una legislación específica en Europa, también es un sutil modo de Obsolescencia Programada, algo contra lo que no nos cansaremos de luchar. ¿Es tu caso?. Cuéntanos lo que ha ocurrido… y podremos ayudarte (Click Aquí).

2 COMENTARIOS

  1. Las actualizaciones siempre deberían de preguntársele al consumidor para que decida si las quiere o no, aparte de las consideraciones de privacidad, el no avisar de una actualización podría provocar que te quedases sin aparato puesto que si en medio del proceso de actualización apagas el aparato se quedaría inservible.

    • Efectivamente Gonzalo, muchas de éstas “Actualizaciones no solicitadas” provocan cambios en la funcionalidad de los dispositivos (en demasiadas ocasiones empeorando su fluidez y capacidad), el Consumidor carece de capacidad para rechazarlas y, como bien indicas, cualquier pequeño fallo en éste proceso puede dejar inservible el terminal, smartband, smartwatch….. Por éso las marcas procuran “aplicarlas” cuando nuestro dispositivo está cargándose: así se garantizan carga suficiente… y la debida “discreción” ya que probablemente no lo estemos usando. CUIDADO CON LAS OTAs… y su tu dispositivo deja de funcionar repentinamente por su culpa: RECLAMAD !!!!. Un saludo.

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