España se convertirá así en uno de los primeros países del mundo en limitar la cantidad de estos ácidos grasos

El anteproyecto de ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición que ha preparado la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), dependiente del Ministerio de Sanidad y Política Social, fijará en un 2% el contenido máximo de grasas trans que podrán contener los alimentos comercializados en España, tal como anunció esta semana su presidente, Roberto Sabrido, durante su comparecencia en el Senado. El objetivo de esta medida es prevenir el aumento de la obesidad y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Tras quedar demostrado en diversos estudios el efecto perjudicial de estos ácidos grasos, España se convertirá así en uno de los primeros países del mundo en hacerles frente después de que, en Estados Unidos, los estados de California y Nueva York las hayan prohibido por completo. Además, tanto Austria como Dinamarca también han mostrado su intención de limitar su contenido -también a un 2%-, por lo que se podrían sentar las bases de una reglamentación general a escala comunitaria.

El anteproyecto está en estos momentos en una etapa de audiencia pública para atender las recomendaciones y objeciones de los actores implicados en la norma (consumidores, productores alimenticios y comunidades autónomas). Después deberá ser aprobado por el Consejo de Estado y, tras obtener el visto bueno del Consejo de Ministros, se iniciaría su trámite parlamentario con el objetivo de que pueda ser aprobado “lo antes posible”, apuntó Sabrido.

Esta iniciativa para frenar las grasas trans se enmarca en una serie de actuaciones que lleva a cabo la AESAN para mejorar la dieta saludable de los españoles, como la reducción del contenido de sal en el pan o el fomento del consumo de frutas y verduras entre los niños.

El 28% de los españoles padece obesidad o sobrepeso, unos datos que preocupan ya que la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha catalogado como “la primera pandemia no infecciosa del siglo XXI” y porque su incidencia en niños -afecta a un 20% entre la población infantil- va a más, explicó Sabrido. No obstante, “la nutrición y la actividad física deben complementarse,” para lo que “es necesario involucrar tanto a los propios niños como a sus padres y profesores, precisó el presidente de la AESAN.

Fuente:consumer.es

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